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La ciencia demuestra lo que ya sabíamos: La Naturaleza nos hace más felices.
Lo que siempre supimos la ciencia lo está probando, la naturaleza tiene efectos muy buenos en nuestra mente. Nos hace más felices, saludables e inteligentes.
Se están publicando algunos libros como «The Nature Fix – why nature makes us Happier, healthier and more creative» de Florence William que explican con fundamento cientifico porque es bueno que estemos en contacto con la naturaleza.
Nuestro cerebro no es una maquina incansable sino que por el contrario se fatiga fácilmente. Cuando bajamos el ritmo dejamos de hacer cosas. Si todavía, nos encontramos en la naturaleza eso nos hace sentir recargados y nuestro rendimiento mental mejora.
¿Que pasa con tu cerebro cuando estas 5 minutos en la naturaleza?
Se habla del efecto del tercer día. David Strayer, un psicólogo cognitivo, explica que cuando estamos inmersos en la naturaleza por un tiempo se produce en nuestra menta una especie de limpieza mental. Él lo llama efecto limpiaparabrisas. En esos días nuestro córtex prefrontal, que es el comando central de nuestro cerebro, empieza a descansar.
Es más, explican que sólo un paseo de 15 minutos por un bosque ya tiene sus efectos. Un investigador japonés, Yoshifumi Miyazaki, comprobó que nuestra fisiología cambia después de 15 minutos de estar en la naturaleza. Se producen efectos como bajas en la hormona del stress (el cortisol), disminución de la presión arterial y de la frecuencia cardiaca.
También pudieron comprobar que una caminata de 50 minutos por un parque mejora las habilidades de atención y la memoria a corto plazo. Mientras que la misma caminata por una calle en la ciudad no tiene esos efectos.
Imagínese una terapia gratis
«Imagínese una terapia que no tenía efectos secundarios conocidos, está disponible fácilmente y puede mejorar su funcionamiento cognitivo a un costo cero», escribieron los investigadores del equipo de Stephen Kaplan en su artículo. Existe, continuaron, y se llama «interactuar con la naturaleza».
Las personalidades más destacadas y sensibles de la historia han dedicado horas al tema de la naturaleza: a cuidarla, describirla, vivirla y amarla.
Frederick Law Olmest, por ejemplo, fue el arquitecto paisajista responsable del diseño del Central Park en Nueva York. Él estaba convencido que los grandes espacios verdes tenían que existir solamente con el fin de disfrutarlos. En esos años ya defendía a el Valle de Yosemite contra el gobierno de California. «Es un hecho científico que la contemplación ocasional de escenas naturales de un carácter impresionante. …es favorable para la salud y el vigor de los hombres y especialmente para la salud y el vigor de su intelecto».
Olmest, en ese entonces no basada sus palabras en hechos científicos, sino en su intuición. No había evidencia en esos años. Sin embargo, ahora la ciencia empieza a mostrar resultados.
Los científicos y psicólogos quieren buscar soluciones a los problemas actuales, como la obesidad, la depresión entre otros. Son todos problemas relacionados con estar mucho tiempo dentro de nuestras casas y frente a pantallas. La ciencia que estudia el cerebro, la neurociencia¿ está dando pasos gigantes en este respecto. Hace ya varios años que empezó a cuantificar lo que antes parecía divino, instintivo y misterioso.
«Todos los resultados de la ciencia hasta ahora son consistentes con la hipótesis que la naturaleza es sanadora para el ser humano.¿ ¿ Al final del día salimos a la naturaleza no porque la ciencia diga que nos hace algo, sino por cómo nos hace sentir». Strayer
Palabras y Fotografías: Mariana.
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