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Estuvimos todo el día jugando con la idea, susurrándonos cosas al oído, tocándonos, fantaseando.
Estamos en ímsterdam. Esa noche decidimos ir a la zona roja, y por esta vez, no ser unos simples turistas.
Apenas había visto estos peep show en alguna película, nunca había estado cerca de uno, menos de una prostituta. Se me acelera el corazón, sin lugar a dudas, es pasar mis limites.
Es de noche y nos dirigimos hacia el lugar. Estoy tensa, me río nerviosa, creo el también. Disimula. De pensar, siento la sangre por todo el cuerpo, mezcla de adrenalina, lujuria y deseo.
Llegamos, seguro me toma la mano fuerte. Nos adentramos en la oscuridad. Abre la puerta, dentro, una pequeña cabina oscura, una ventana con luz tenue y una silla. Apenas entramos los dos. Me siento arriba de él.
Por la ventana una mujer semi desnuda. Se toca sensualmente, se lame, su baile lento es fascinante. Quedo hipnotizada, segundos, minutos, horas, pierdo la noción del tiempo. La electricidad me corre por todo el cuerpo. Me ruborizo, agradezco que todo sea oscuro. La vergí¼enza y el pudor me erizan el cuerpo repentinamente.
Aparto esas emociones de mi cabeza. Decido disfrutar del momento y dejarme llevar.
Con sus brazos fuertes me abraza por detrás, inmediatamente un escalofrío me recorre el cuerpo entero. Me da vuelta suavemente y me arrima a su cuerpo sacándome de mi estado hipnótico. Sentada arriba de el abro las piernas, su erección me aprieta. Repentinamente la tensión se hace insoportable.
Lo miro. Veo sus ojos ardientes y encendidos. Me agarra el pelo y me tira la cabeza hacia atrás, fuerte. Queda mi cuello al descubierto, me lo recorre con la lengua, con los labios. Baja. Me palpa los pechos con la boca a través de la ropa. Me suelta.
Le desabrocho el pantalón y enseguida lo siento dentro de mi. La sensación me lleva a un nivel primario de mi ser. Los movimientos son suaves, precisos, estamos demasiado excitados. Casi no podemos movernos. Mi corazón corre, se me sale del cuerpo.
Suave pero firme agarra con una mano mi nuca, con la otra se mete entre mi camisa semi abierta, sus dedos entre mis pezones, me los pellizca suavemente, me los besa. Me tiro levemente hacia atrás.
Tengo una sensación de abandono de mi cuerpo, como una observadora de los acontecimientos que se desarrollan a mi alrededor. Yo, el, la mujer, el lugar, nosotros. El cuerpo me tiembla, las piernas me flaquean me dejo llevar … es mucho mas que erótico es fascinante.
“El sexo es arte. La vida es arte. Se maravilloso y creativo en cada aspecto de tu vida… El mundo es espectacular...†Sally Mustang
Edición MA
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