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Cómo vivir con niños y no solo cómo vivir, sino cómo vivir bien con niños. Como arquitecta de profesión y madre, este tema se encuentra diariamente en mi cabeza. Cómo crear un hogar que podamos disfrutar tanto los adultos como los niños en sus diferentes edades y etapas.
La idea de que podemos tener una casa que nos guste y a su vez funcione para toda la familia suena lógico pero se hace difícil por momentos. Sin darnos cuenta nos vemos abrumados por objetos, carritos, juguetes, buggies, sillitas, que se suman a los nuestros. También están las manchas, los pegotes y EL CANSANCIO. Comenzamos sin darnos cuenta a tener lugares prohibidos para los niños y a pasar mucho tiempo con ellos en lugares de la casa con poco atractivo. El dormitorio o estar se convierten poco a poco en un gran depósito de juguetes donde se hace difícil disfrutar de los momentos, de las personas y de los objetos. Perdemos la batalla contra la televisión y las pantallas de todo tipo que pasan a ser el centro de la casa…
Una casa cuidadosamente diseñada es uno de los regalos más lindos que le podemos dar a nuestras familias. Afecta los vínculos, el humor y las actividades que se desarrollan. Los objetos que elegimos y que nos rodean cuentan historias, incitan ciertos tipos de conversaciones y estados de ánimo. Influencian los gustos y tienen el poder de crear o prevenir frustraciones. Es un lugar donde expresarnos, descansar y fomentar las relaciones.
El diseño no tiene que desaparecer cuando nacen los niños, debemos repensar los espacios donde vivimos para acomodar las necesidades de todos. Crear espacios de manera consciente. Eliminar el piloto automático. Pensar los lugares para que cada integrante de la familia se sienta a gusto.
Lo primero es reconocer que la práctica de vivir una vida felizmente diseñada es un trabajo continuo. El sistema que funciona hoy, no necesariamente servirá mañana; cuando empiezan las vacaciones, cuando haya que tirar una pared para hacer más espacio o construirla para tener más privacidad. Aunque esto parezca agotador, debemos por el contrario, pensar que no hay fecha de finalización, ni lista de pendientes para que la “casa se encuentre terminadaâ€. En este continuo hacer retiramos la presión de nuestros hombros y reconocemos que nuestra casa late,vive y se transforma al igual que cada uno de sus integrantes. Podemos implementar una idea hoy, resolver un problema mañana y con el tiempo crear el hogar que siempre imaginamos y que esté presente en las memorias más lindas de la familia.
Lo segundoes la necesidad de limpiar y vaciar la casa de objetos que no nos traen felicidad. Tarea para nada sencilla, ya que remueve emociones de todo tipo a toda la familia. El libro de¿ Marie Kondo, La magia del orden es de gran ayuda. Su concepto de quedarse solo con lo que da alegría revoluciona la manera de pensar los espacios y los elementos que nos rodean. Hace que la tarea de organizar y vaciar sea simple y disfrutable.
Los conceptos que expone son para siempre. Nos hace encontrar placer y una satisfacción antes inimaginables en buscar y encontrar el lugar a cada objeto o liberarlos sin culpas si no nos trae alegría. Eliminamos esos lugares negros llenos de pendientes y de sin resolver (placares, cajones, estantes, muebles, buhardillas) que dan miedo solo de abrirlos y pensar en ellos nos genera una gran angustia. Nos liberamos y logramos tener espacios simples y fáciles de ordenar para todos.
Es desde este lugar, que quiero compartir inspiraciones, hallazgos, lo que funciona a para mí, lo que funciona para otros y lo que no. Diferentes hogares, con diferentes tamaños, habitantes, ubicaciones y estilos pero que comparten el denominador común de vivir una vida consciente y de traducir eso en su casa. Poder inspirarlos a tener un hogar y una vida más fácil, más alegre, más consciente y, claro, más feliz.
M ♡
MAS SOBRE ESTE TEMA:
Fotografía¿ Biru Capurro. Edición MA.¿
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